FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

Este blogue foi criado com o intuito de unir a comunidade lowryana de todo o mundo, a fim de trocar ideias e informação sobre o autor, promover a organização de conferências, colóquios e outras actividades relacionadas com a promoção da sua obra. Este é o primeiro sítio trilingue feito no México sobre o tema. Cuernavaca, México.


Malcolm Lowry Foundation


This blog was created to comunicate all lowry scholars, fans and enthusiastics from around the world in order to promote the interchange of materials and information about the writer as well as organize events such as lectures, colloquiums and other activities related to the work of the author. Cuernavaca, Mexico.


FONDATION MALCOLM LOWRY

Ce blog a été crée dans le but de rapprocher la communauté lowryenne du monde entier afin de pouvoir échanger des idées et des informations sur l'auteur ainsi que promouvoir et organiser des conférences, colloques et autres activités en relation avec son oeuvre. Cuernavaca, Morelos, Mexique.


domingo, 24 de abril de 2011

Y de repente...

Chris Ackerley se llevó la impresión de que esta tierra es mágica porque aquí, cada 2 de noviembre, los muertos regresan, caminan por las calles, dejan carteles colgados de los árboles y entran en las salas donde los estudiosos escuchan atentos una conferencia sobre Malcolm Lowry: “The Geography of imagination”.

Chris Ackerley, doctor en literatura y catedrático investigador de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, estaba explicando arduamente cómo Lowry había transformado la geografía física de Cuernavaca en la geografía imaginaria de Quauhnáhuac; cómo la ciudad construida sobre suelos secos y duros de tepetate, devino, en Bajo el Volcán, en la ciudad que, más que un lugar predeterminado del mundo, es un jardín, es El Jardín, que es como decir el mundo, que es como decir el cosmos que es a la vez estable, pero cambiante; fácil de comprender, pero profundo; camino y perdición de los hombres: infierno y cielo… cuando, de pronto, la sala, que se encontraba en penumbra, porque Ackerley iba dando ejemplos con diapositivas de lo que quería demostrar, se llenó de emisarios del más allá: la catrina, la parca, la novia, el charro y sus camaradas sin pudor, transfigurados, tan desnudos que se les veían los huesos y tan preclaros que podía vérseles el fondo de los ojos.

La academia que en ese momento seguía la estricta explicación de Ackerley en un inglés muy británico, se asustó en la oscuridad, no tanto porque las calaveras del Frente Cívico pro Defensa del Casino de la Selva estuvieran caminando en este mundo, sino por la visión apocalíptica de la Cuernavaca actual que ha dejado de ser El Jardín para ser propiedad privada en manos de inversionistas extranjeros.

Francisco Rebolledo, Enrique Álvarez, Luciana Cabarga, Eliseo Guajardo, David Lida, Raúl Ortiz y Ortiz, Eliana Albala y Óscar Mata, esbozaron sonrisas por las ocurrencias de los muertos que, arreglados con los tradicionales atuendos de las calaveras de José Guadalupe Posada, creaban la impresión de estar en un museo vivo que no hacía sino avalar la idea expresada por Lowry en su carta del 2 de enero de 1946 a Jonathan Cape, su editor: “El escenario es México, lugar de encuentro, según algunos, de la misma humanidad, pira de Bierce, salto mortal de Hart Crane, antiquísima arena de conflictos raciales y políticos de toda especie, donde un pueblo nativo, genial y lleno de color, tiene una religión que, a grandes rasgos, podemos describir como una religión de la muerte...”

Sherrill Grace que oía atentamente la exposición de Ackerley creyó que México había sido el único lugar del mundo suficiente y necesario para la creación de Bajo el Volcán. Porque los muertos entrando y saliendo en la penumbra de la sala hacían que la famosa carta del 2 de enero de 1946 a Jonathan Cape, tomara su verdadera dimensión: “Esta novela habla principalmente, para decirlo con palabras de Edmund Wilson (cuando habla de Gogol), de ciertas fuerzas existentes en el interior del hombre que le llevan a sentir terror de sí mismo. También habla de la culpa del hombre, del remordimiento, de su ascenso incesante hacia la luz bajo el peso del pasado y de su último destino. La alegoría implícita es la del jardín del Edén, el jardín que representa al mundo, del que tal vez corramos ahora más peligro de ser expulsados que cuando escribí el libro”. Ahora, cincuenta y seis años más tarde, vivimos ya fuera del jardín, en manos de los inversionistas extranjeros. Desgraciadamente, ni siquiera la Virgen de los que no tienen a nadie y de los marineros que están en alta mar, puede hacer algo por nosotros. Como ya había dicho Sherrill Grace, quien hizo el trabajo de recopilación de las cartas para la edición en dos volúmenes de la obra The collected letters of Malcolm Lowry, en su conferencia “Lowry, Debussy y Bajo el Volcán”: la rueda infernal está girando...
Pero el fenómeno que logró materializar en la sala lo que podríamos llamar una supra-realidad con su propio metalenguaje, fue la presencia de un fantasma vivo, habitante de La Casona, esa vieja construcción del centro de la ciudad, frente a Catedral, ubicada en la confluencia de Hidalgo, Juan Ruiz de Alarcón e Ignacio Comonfort: John Spencer. Spencer, sentado en primera fila, volteó a ver y las calaveras, del tipo de José Guadalupe Posada, sufrieron alteraciones en su ritmo cardiaco y se pusieron pálidas al comprobar que efectivamente el 2 de noviembre de cada año la realidad se altera al punto que los grandes espíritus regresan y se mezclan con los pobres mortales. Spencer salió de La Casona, una especie de Tamoanchan (lugar de creación de los antiguos dioses donde Ometecutli y Omecihuatl formaron el universo e hicieron al hombre con maíz que ellos mismos trituraron entre sus divinas muelas), para mezclarse con los asistentes al Coloquio. En La Casona Spencer prepara el espacio que será el Museo de Arte Moderno de la ciudad. Tallando piedra por piedra, va haciendo crecer el cuerpo vivo de esa vieja casa: abriéndole túneles, asoleando sus pasillos, construyendo una capilla, colocando escaleras y columnas va haciendo de ella una alegoría del mundo. Spencer ha trabajado incansablemente por Cuernavaca y para guardar la memoria de Lowry en Cuernavaca y participó en el Coloquio como uno de los enviados personales del Cónsul, quien no pudo asistir porque el 2 de noviembre escenifica su ordalía de amor con Yvonne por todo el mundo, para anunciar que, efectivamente, “no se puede vivir sin amar”. Por eso, cuando las calaveras lo vieron, sintieron calambres, los clásicos calambres que provoca la vida…

Felix García, Cuernavaca, 2002

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