FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

Este blogue foi criado com o intuito de unir a comunidade lowryana de todo o mundo, a fim de trocar ideias e informação sobre o autor, promover a organização de conferências, colóquios e outras actividades relacionadas com a promoção da sua obra. Este é o primeiro sítio trilingue feito no México sobre o tema. Cuernavaca, México.


Malcolm Lowry Foundation


This blog was created to comunicate all lowry scholars, fans and enthusiastics from around the world in order to promote the interchange of materials and information about the writer as well as organize events such as lectures, colloquiums and other activities related to the work of the author. Cuernavaca, Mexico.


FONDATION MALCOLM LOWRY

Ce blog a été crée dans le but de rapprocher la communauté lowryenne du monde entier afin de pouvoir échanger des idées et des informations sur l'auteur ainsi que promouvoir et organiser des conférences, colloques et autres activités en relation avec son oeuvre. Cuernavaca, Morelos, Mexique.


miércoles, 30 de marzo de 2016

Carta a Jan Gabrial



Jan:

No tengo noticias tuyas, espero de veras que no estés enferma, ni te sientas desgraciada, ni inquieta, ni cansada, ni triste. Es extraordinario lo muy ciegamente que uno confía en un cartero. ¿Cómo se yo que no cogerá esta carta y la copiará y se la enviará a su novia, aunque él no podrá quererla tanto como yo te quiero a ti? (Por cierto, ya me encuentro mucho mejor, me siento capaz de salir a derribar algunos muros de piedra antes del almuerzo).
Pienso en ti y me pareces una flor. Y si fueras un nomeolvides, volvería el caos... He robado tu destino y lo he metido en un cofrecito. Entre tanto cuídate de la mujer de las gafas oscuras, de los cirujanos con joroba y del hombre de las tijeras. Y recuerda: te he estado observando durante horas, todo este tiempo, por encima del muro del jardín...
 
Siempre, tu
Malcolm
Vernon Court Hotel
Torquay, Devon, Inglaterra
Agosto de 1933

 
 
Jan,
 
Não tenho notícias tuas, espero sinceramente que não estejas doente, nem te sintas desgraçada, nem inquieta, nem cansada, nem triste. É extraordinário o quão cegamente se confia no carteiro. Como é que eu sei que não pegará nesta carta, a copiará e a enviará à sua namorada, apesar de que não pode amá-la tanto como eu te amo a ti? (Na verdade, eu já me encontro muito melhor, sinto-me já capaz de sair e de derrubar alguns muros antes do almoço.)
Penso em ti e pareces-me uma flor; se fosses uma não-me-esqueças, o caos regressaria… Roubei-te o destino e coloquei-o num guarda-jóias. Entretanto, tem cuidado com a mulher dos óculos escuros, dos cirurgiões com bossas e do homem das tesouras. E não te esqueças: estive a observar-te durante horas, todo este tempo, por cima do muro do jardim…
 
Sempre, teu.
Malcolm
Vernon Court Hotel
Torquay, Devon, Inglaterra
Agosto de 1933
 
(tradução Marcelo Teixeira)

martes, 22 de marzo de 2016

Carta a Conrad Aiken




Querido Pajarraco:
He llegado a un estado de amnesia, depresión, angustia, consunción, ira, alcoholismo y sabe Dios qué otras cosas (en caso de que eso Le interese, lo que es muy dudoso).
Todos cambian aquí, todos cambian aquí, para Oakshot, Cockshot, Poxshot, y que se joda todo ese maldito montón de gente. Mi único amigo aquí es un miembro de una orden terciaria que me cuelga con un imperdible una medalla de la Virgen de Guadalupe en la chaqueta; que me sigue por la calle (cuando no estoy en la cárcel y también allí me ha seguido varias veces) y que cree que soy Jesucristo, lo cual, como sabes, aún no es cierto, aunque quizás empiezo a creérmelo.
Me encarcelaron por espía en un calabozo que, comparado con él, el Chateau d'If ―en las películas― es una casita de campo con vistas al mar.
Pasé la Navidad, el Año Nuevo y el aniversario de mi matrimonio encerrado allí. Toda mi correspondencia llega con retraso. Cuando por fin llega, todo son contradicciones, y tus cartas tienen pequeños agujeros.
No creo que pueda seguir. Me hallo en un lugar oscuro.
Perdido.
Feliz Año nuevo.
Malcolm
Oaxaca
Enero, 1938
 
 

miércoles, 16 de marzo de 2016

¿Quién era Malcolm Lowry?

 

Se debe comenzar por comprender que Malcolm Lowry no era en realidad un novelista, excepto por casualidad. Es difícil saber cómo llamarlo: escritor de un diario, anotador compulsivo, poeta manqué, merolico filosofante, ilusionista alcohólico: cualquiera de estas cosas serviría para empezar, pero sólo para empezar. Cuando uno habla con quienes lo conocieron, la palabra que se oye más a menudo para describir a Lowry es genio; y esa palabra, en este caso, es adecuada. Hasta sus trabajos menos logrados son, evidentemente, producto de una mente y una sensibilidad completamente distintas. El epíteto más usado para calificarlo en segundo término es único y se puede aplicar también como el de genio; nunca hubo, seguramente, nadie tan singular como Lowry. Un hombre astuto y engañoso y sin embargo tímido e ingenuo; un borracho de la talla de Gargantúa y, sin embargo, un hombre que  no parece haber abandonado nunca un grado de conciencia casi sobrenatural, aun cuando se hallase tirado en un bar o una cantina; un gran mentiroso (o, para decirlo más caritativamente, un inventor de ficciones autobiográficas) pero ―sobre todo en sus escritos― uno de los hombres más dolorosamente honestos que vivieron jamás. Para todos sus amigos, una persona muy difícil de soportar, pero un hombre tan encantador que alguien dijo de él: “Me basta ver a ese sinvergüenza una vez, para alegrarme toda la semana”. Un hombre feliz, hasta tonto; un suicida.

Douglas Day, "Prefacio", Oscuro como la tumba donde yace mi amigo,
University of Virginia, Agosto, 1967.
 
 


domingo, 13 de marzo de 2016

La creación

 

―Parte de la desesperación del artista ―dijo Sigbjorn, casi como si hablara consigo mismo y caminando inquietamente― se debe acaso al hecho patente de que el universo mismo, como lo sostuvieron también los Rosacruces, está en proceso de creación. Una obra de arte orgánica, una vez concebida, debe crecer en la mente del creador o empezará a perecer. En realidad, por supuesto, siempre están sucediendo las dos cosas a la vez, de modo que el autor, mientras trabaja, es como un hombre que continuamente se abre camino a través de un humo enceguecedor, esforzándose por rescatar algunos objetos preciosos de un edificio en llamas. ¡Qué esfuerzo desesperado e inexplicable! Pues ese edificio, ¿no es acaso la obra de arte en cuestión, perfecta hace mucho dentro de la mente y sólo convertida en vehículo de destrucción por el esfuerzo de realizarla, de transmutarla sobre el papel?
―Beba ―dijo Eddie.
Pero, avasallado por el deseo de hablar, Sigbjorn meneó la cabeza.
―Parecería que este edificio es singular, no sujeto a las leyes del mundo y asemejándose en cierto aspecto a una criatura del infierno de Dante, pues se sigue quemando como en un fuego infernal exterior, mientras el autor persiste en sus esfuerzos; a medida que las paredes se caen, él continua construyéndolo, como si lo hiciese con una sola mano mientras con la otra trata de recoger los tesoros que el edificio le arroja sobre la cabeza. También es verdad que el artista debe dormir, lo que tal vez sea la principal diferencia entre él y Dios. Beber, como lo señaló Waldo Frank, representa uno de sus frívolos esfuerzos por anular esa diferencia.

(Malcolm Lowry, Oscuro como la tumba donde yace mi amigo,
Capítulo VII. Traducción: Alicia Jurado)