Silenciosa y eclipsada la casa permanece, no importa la hora, allí está.
Sus goznes chirrían a la par que la melancólica cantata de los grillos.
El viento mece metódicamente los pensamientos.
El polvo acumulado en todos sus rincones hace surgir la imagen imprecisa de la muerte que ronda.
Nada se ha extinguido, la base en la que se creó Bajo el Volcán permanece ya que es imposible cortar el círculo de la eternidad.
El agua estancada empapa las fibras de la desolación y el aullido humano parece indicar que todo sigue igual, que el infierno proviene de uno mismo y que el alma inmortal se transmite de uno a otro ser.
En el reflejo permanece la idea, la terrible nostalgia no cesa de brotar.
El mismo manantial de fantasmas susurra detrás de nuestros oídos.
La misma vertiente de la nada, colmando el cerebro.
Malcolm Lowry está, se palpa y se siente en cada hilillo que las telarañas han formado, el espejo hecho añicos del cual hemos descendido.
Atrévete a tocarnos Malcolm Lowry, no te detengas, giramos en el mismo laberinto de ideas, persistimos en la misma necesidad.
Una voz, algo que ampare esta soledad, que jamás descubramos lo solos que estamos en este mundo.
Se escuchan sus latidos y sus pasos.
El torbellino de voces provenientes de la barranca.
La sed eternizada de los aullidos, las volátiles hojas de los árboles que caen mientras la casa permanece.
Sus muros humedecidos por las lágrimas.
El tambaleante eclipse de la muerte que ronda, expande sus alas…
Cuernavaca, 1988
2 comentarios:
Muy bueno el post!
Gracias por el blog, es muy interesante.
GRacias
SAludos
gracias por la publicacion
Saludos desde Mexico!!!
Publicar un comentario