Querido Conrad:
¡Toma nota de nuestra dirección! Vivimos en una cabaña junto al mar. Dollarton es una antigua ciudad naviera, ahora muerta: gradas para botar los barcos cubiertas de zarzas y enormes robles azotados por el viento en un bello y frondoso bosque. Por la ventana se divisa una vasta calma blanca, donde el mar se confunde con el cielo y las montañas Rocosas. Tenemos un bote: ¡un día que salimos a remar, una ballena asomó la cabeza a nuestro lado! Para mí que era Herman Melville disfrazado. En cualquier caso, es un extraño y maravilloso lugar y lo amamos, también porque la cabaña nos cuesta sólo diez dólares de alquiler al mes y, si seguimos aquí, después de diciembre nos costará aún menos...
Malc