Conrad Aiken vivió 84 años, de 1889 a 1973. Cuando era un niño de once años su padre, William Ford, muy temprano en la mañana del 27 de Febrero de 1901, mató a su madre Anna Aiken y luego se suicidó. Entonces fue a vivir a Massachusetts con uno de sus tíos. En 1930 recibió el Pulitzer Prize for Poetry. Escribió 51 libros, el primero fue publicado en 1914, dos años antes de su graduación en Harvard. Su trabajo incluye novelas, cuentos, crítica literaria, poesía y su autobiografía. Fue un poeta, igual que otros de su generación, un poeta puro. Fue admirador de Freud y está influenciado fuertemente por él. Blue Voyage es de 1927 y Malcolm Lowry conoció la novela cuando regresó de su viaje al Oriente en el Pyrrhus gracias a su hermano Russell. Lowry encontró en Blue Voyage el mismo tono en que estaba vibrando y una prosa que iba en varios niveles a la vez, al mismo tiempo que era un viaje al interior del personaje principal que es en realidad el propio Aiken.
Aiken aceptó ser mentor “in loco parentis”, es decir, “en lugar de sus papás”, de Lowry por seis guineas semanales. Con un cuaderno y su ukelele, Malcolm abordó el Dovillian, barco de carga de la línea Leyland que partió de Liverpool con destino a Trinidad el 12 de Junio de 1929. Viajando por las Antillas planeó llegar a Cambridge, Massachusetts, el 28 de Julio, día en que cumplía 20 años. Aiken dijo que era “cautivador, veleidoso e impredecible” y de todos los escritores que conocía, incluido Eliot, “no había ninguno tan claramente o felizmente iluminado por la genialidad…”
El 1 de agosto de 1929 ―Aiken iba a cumplir 40 años, Malcolm acababa de cumplir 20 y Melville habría alcanzado los 110 años― celebraron una fiesta en casa de Aiken en el número 8 de Plympton Street. Una semana después, en cama y con el cráneo fracturado, Aiken le contó a Robert Firuski:
“El jueves pasado hubo una tremenda fiesta para celebrar la llegada del joven Lowry… (Tuvimos) un encuentro de lucha entre L. y yo a la una de la mañana, por la posesión de la tapa de porcelana del tanque de un W. C. (!), que terminó cuando yo me quedé con la tapa, pero inconsciente de dónde estaba, después de resbalar, me caí, di con la cabeza en el piso y rompí la tapa al mismo tiempo; sangré durante 48 horas…”
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